EL PARÁSITO

Pablo hoy se levantó con frío, con la maldita contractura en su cuello, y la sensación de que era hora de volver a la vida.
Pero se pone a mirar los objetos que lo rodean, y nada lo llama a ser usado, y la vida se queda en una mera sensación parasitaria que bebe un poco más de su energía , día a día.
Se pone a pensar:- debo salir de este cuarto, debo terminar con este estado de sitio autoimpuesto, con este útero artificial y enfrentar la vida…pero otra vez el parásito aparece y lo anula, chupa un poco más de su energía, y se queda quieto.
Sabe que la gente que le dice: levántate y anda…tiene buenas intenciones, es sólo que quizá no entienden que no es tan fácil, que las piernas no le responden, que la parálisis que comenzó en su cuello se va extendiendo, y poco a poco toma todo su cuerpo.
Es un huésped fuerte, que está dentro de él, y sabe que no es cosa de alejar la cabeza del almohadón de plumas, no. Este bicho se alojó en su interior y desde ahí teje sus redes, y lo consume.
Hoy se levantó con frío, prendió la estufa, y se quedó a la espera de no sé qué, sólo a la espera…dormirá dentro de un rato, y se levantará lúcido, con su cabeza trabajando de un modo desmedido y temible, sacando conclusiones, que no le servirán de nada…pues el aprovechado seguirá ahí, alojado en su interior, robándole la vida.
Por ahora, sólo se queda boca arriba en su cama, dejándose pasivamente devorar , intentando poner la mente en blanco, no pensar en los días que le quedan.
Los médicos le han dado pastillas, experimentan, pero no saben lo que tiene, sólo él sabe que es un parásito, que quizá haya algún remedio que lo aniquile, y lo devuelva a la vida. Pero también sabe que ese remedio sólo lo puede encontrar él, en su propio mundo interior, que no hay nada externo que lo mate.
No sabe si tendrá las fuerzas necesarias para construir esa medicina, cada vez está más débil, más entregado a su suerte, más a la merced del huésped que lo posee.



SILVIA/AURORA