Parto en el agua-2014-

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viernes, 21 de mayo de 2010

EL PARÁSITO VI

Volvió de su trabajo muy agotado, sintiendo los repuntes incesantes del parásito, se dispuso a cenar. Había pasado por el supermercado y se había comprado un refuerzo. Lo puso en el micro, y mientras lo calentaba, recordó la comida humeante de su madre, comida casera, de horas de cocción en horno de barro, exquisita de gusto y amor. Inmediatamente los repuntes del habitante retrocedieron, lo sabía. Ya había experimentado como los relajantes, y amorosos recuerdos lo debilitaban.
Respiró profundo, sacó su refuerzo del micro, prendió la tele para sentirse acompañado, y se dispuso a comer solo.
Pensó en el tiempo que hacía que no estaba con una mujer, con amor, y con cierto asombro descubrió que hacía más de tres años.
El habitante de sus entrañas le provocó un agudo dolor, que le hizo inclinarse, y casi caer de la silla.
A pesar del dolor, se irguió. Esta vez decidió no apelar a los buenos recuerdos para aplacarlo, sino intentar tener un presente y un futuro mejor. Se levantó, fue hasta el teléfono, y marcó un número que no estaba consciente de recordar…del otro lado una voz femenina respondió:-quién es?, él tímidamente, dijo:-soy yo. Inmediatamente, del otro lado la llamada fue cortada…se quedó rato pensando, con grandes dolores, pensaba, hasta que se dio cuenta que había apelado a algo muy similar a los recuerdos, al pasado, y que esa no era la solución, que la respuesta estaba en el futuro.
Se reclinó buen rato en la silla, y se durmió, esta vez soñó con puentes, no lograba distinguir bien qué había del otro lado, pero sin duda eran puentes que llevaban a alguna parte…
Despertó boca arriba, debían ser, las tres o cuatro de la mañana, faltaba un buen rato para la ducha y el trabajo…no sentía dolores, pensó que quizá el parásito había decidido darle una tregua…fue hasta la cocina y se sirvió un café…tenía sueño, pero su cabeza no dejaba de trabajar, de buscar soluciones…de intentar terminar con esto de una buena vez. Miró por la ventana, la ciudad, indiferente gemía su noche hastiada de desamor y desencuentros.



de AURORA BOREAL/SILVIA M CORONEL

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