Tan poco hubiera hecho falta,(tres, cuatro puñaladas menos, si acaso)
para que no conociera el odio, y sus retorcidos túneles de desesperanza
tan poco...pero fue mucho...
porque nada recibí, envuelta en nada.
Se me agrió el alma,
me cubrí de musgo,
me nació un látigo y una horca, y me llené de llagas.
Ay!, con qué poco, no se me hubieran abierto estas heridas
que aún sangran, y sangran, todavía
no lo comprendí entonces
y no lo comprendo ahora
fratricidio impune disfrazado de laureles y de nombres
libros sin palabras, sonrisas de hiena
hubo trofeo, por tanto espanto vomitado?
frío, miedo helado
filial putrefacción a cuatro dobles
venas destrozadas a dentelladas
herrumbre sobre el beso jamás dado
dados digitados para mi crucifixión
sin tanto llanto
sin ojos, y sin manos...
silvia martínez coronel
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