y entonces la rabia irrumpe
con su hambre de músculos y huesos
quita mi lengua, deshace el poder del agua resbalándose
invita a la lava, rompe en puñales
desgaja uno a uno los rincones de la esperanza
y trepa en cáusticos latidos amarillos
y entonces
doblego flores, quiebro risas, me sumerjo en la copa de árboles sin hojas
se calla mi voz en mi ombligo aún palpitante
tijera herrumbrada, pájaros sin dueño
cicatriz maloliente, reclamo de caricia sin después que detenga las nubes del recuerdo
ciño a mi cintura tu mueca, cambio mi grito silenciado
trueque que nada hace, inútil estrategia desesperada
arrimo tus lágrimas a mi costado aún abierto
quiero ubicarte dentro, ser crisálida para larva amputada
peligrando mariposa
aunque
sé
nada es cierto
en modo alguno.
silvia martínez coronel
D.R.
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