hora que tiñes de sangre mi desconsuelo
remedas mi infancia de plaza, madre, preescolar, baldosas amarillas
es tu cielo puente hacia el vacío que me invade
melancolía, día de invierno
hojas que caen amarillas
y crujen al ser pisadas en el suelo
mi alma se llena de aquel lamento
paréntesis, infierno, túnica azul,
esquelética mujer sin cuerpo
me asía a tu mano, bajaba la mirada
para no ver la procesión de tus peces muertos
e íbamos a buscar a mis hermanas
a la escuela de los grandes
allá quedábamos, siempre lejos
yo apretando el llanto
apenas tolerando el color de tu silencio
que con el tiempo se volvió el mío
y aún siento el grito que me quedó dentro:
quiero salvarte
mamá
pero no puedo.
silvia martínez coronel(aurora boreal)
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