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jueves, 23 de diciembre de 2010

LOS QUELONIOS Y LOS HOMBRES __ 23 de diciembre de 2010

Cierta vez en una ciudad llamada Machinga, tres hombres decidieron engañar a una mujer, uno se vistió de cordero, el otro de Rey y el tercero se hizo el inválido.
Cuando la mujer pasó por los tres farsantes uno dijo :-mira mi lana, es tersa y suave, si quieres puedes hacerte un buzo, la mujer descubrió al hombre tras la máscara, pero le dio pena de un disfraz tan mal hecho, y le dijo: es bonita tu lana realmente, quizá la use para hacerme una bufanda. El hombre de lo más feliz, creyendo que había engañado a la mujer, se puso a dar brincos de alegría.
El asunto es que la mujer tenía tres tortugas, una macho, otra hembra y una que aún no se sabía bien qué era.
Inmediatamente al volver a la casa, oh sorpresa!, se dio cuenta que se le había muerto una tortuga! En aquél momento la mujer no percibió la relación entre ambos hechos, pero ya tendría tiempo de hacerlo.
Al segundo día la mujer volvió a pasar por los tres farsantes, esta vez se fijó en el que iba vestido de Rey, apenas la vio éste le dijo:- arrodíllate mujer!, pero la mujer descubrió que la corona no era de oro, mirándola a través de los resplandores del sol, le miró, y le dijo:- búscate otro disfraz, ese no es a tu medida. Entonces el hombre empezó a darse de puñetazos en la cabeza, porque había perdido la apuesta, que había hecho con los otros dos hombres y ahora debía pagarles.
La mujer. tras la jornada, volvió a su casa, y nuevamente encontró que una de las tortugas se había muerto, esta vez sí se puso a pensar, se decía:- cada vez que descubro la farsa de uno de estos hombres se me muere una tortuga…!luego se dijo:-qué tendrá que ver, pura casualidad, y tiró al tacho de la basura la segunda tortuga.
Descartado el asunto de las tortugas en relación con los hombres, al tercer día volvió a pasar, por el lugar de los pobres apostadores, y se enfrentó, al único que quedaba, el inválido. En seguida percibió un movimiento muy sutil en las piernas, e hizo para estar más segura la que buscaba un pájaro en el cielo, para que creyera que no lo estaba mirando, pero con un ojo miraba el pájaro y con el otro al hombre, y así vio como éste, para desentumecerse seguro, movía los pies. Inmediatamente miró para abajo y le dijo:-lindos zapatos, y siguió de largo, muerta de risa, hacia su casa.
Pero la risa se le congeló en su rostro al descubrir que estaba muerta su tercera tortuga. Ahora sí, se dijo:- la muerte de mis tortugas tiene que ver con la falsedad de estos hombres!
Es que la tortuga, pensó la mujer, es un animal muy sensible, por eso lleva caparazón, si no sería presa de cualquier animal, y justo cuando descubro a uno de estos hombres, mis bellos quelonios,( que dejé aparentemente seguros en casa, nadando sin noción del peligro que les rondaba), sentían, sin duda la radiación de la mentira ,que aunque venía de lejos, las mató.
Esta vez con lágrimas en los ojos sacó del tortugario la tercera tortuga muerta, y percibió que era la hembra, fue hasta el patio y le hizo un entierro decente, hasta con cruz y todo.


de silvia martínez coronel y aurora boreal
todos los derechos reservado

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