Y el sueño se arrastró, caminó,
tomó impulso
se hizo vuelo
y la realidad le dio la mano
intercambiaron sonrisas cómplices
descendieron suavecito
contemplando los techos de las casas ya no grises
percibió sus pies tocar la tierra
cerró los ojos para probar el sol de la vida
todo olía a perfumes azules, sabía a jaulas abiertas
sintió la textura de lo cierto
tragó silencios
ensayó el sonido
descubrió la música de su palabra
vislumbró la pieza que faltaba
se la guardó en su corazón niño
miró al viento
y dijo: gracias.
silvia martínez coronel
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