hilos de sangre se escurren sin miedo
por mi pecho trenzado en silencios de brisa
mis poemas bailan candombes de fuego
y en mi alma se disputa
el origen del verbo
entonces
me busqué en mi cama,
pero ya no estaba
y bueno me dije,
espero
no haberme perdido
en esta ciudad ruidosa
con calles de frío.
me fui a la ventana
a ver si había
gorriones heridos
sólo encontré uno
y curé su ala, y lo guardé en mi pecho
blanco y danzarino
mi alma desnuda se fundió en horizontes
donde caballos salvajes
cruzaban el monte
sonreí y me vi
cómo cabalgaba
cuando era una niña
y gritaban los duendes!
pero yo seguía y seguía
entregada al viento
dentro de mí mima
cultivando versos…
aún sigo, pero ellos ya no gritan, saben
que no he de caerme
pues soy viento, fuego y ceniza
y domino el arte de doblegar la vida
y montada
en caballos salvajes
plantando mi nombre
descubriendo tesoros
adentrada en mi bosque
después de jugar
todas las partidas
me encontrará la noche
ya para siempre,
dormida.
solvia martínez coronel(aurora boreal)
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