sin que lo supieras
sin que siquiera lo sospecharas
tuve el corazón de fiesta paladeando el mar de tu boca
la curva de tu lengua
mientras mi piel se erizaba en búsqueda de la tuya
pero
estabas muy lejos
más lejos de lo que suponía
muy lejos de mí...
mientras las yemas de mis dedos recorrían tu piel
dejaban mi huella en tu espalda
mis caderas te hacían entrar en mi cuerpo
y la marea
y el sueño
y el tiempo
y la vida
nos invocaba
convocaba
agradecía
mientras nadaba arañando la tierra de tus nombres
de mis nombres
de los nuestros,
llegaste a casa
cuando aún brillaba en mis ojos y mi lengua
el sabor del deseo
pero no me viste
o viste a otra
o
sólo sé que tomaste un puñal
y descosiste la noche, que ahora sobra...
silvia martínez coronel
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