El alma se me esconde
no te encuentro
no te encuentro
se me han arrugado los deseos
corren por agua mis ojos de no verte
se desgarra hacia el abismo mi garganta enmudecida
Ay!no tenerte!, pozo de sombras!
por qué no has de estar cuándo te busco?
por qué has de escurrirte como arena
y volver al polvo de la nada, qué condena!
quiero que estés en la punta de mis dedos
dejarte a la vista, o en un cajón
mientras duermo
que luego me pierdo sin ti
mi alma se dispara por callejones sin dueño
y trepa a la nada de este silencio...
Cómo era que era la vida antes de ti?
cómo era, que no me acuerdo?
cómo hacía para que los segundos de ausencia
no fueran siglos siniestros?
cómo era, amor, cómo era...
te acuerdas si hubo vida, antes de conocernos
o el mundo comenzó cuando nos vimos
y antes sólo era un mal sueño sin sentido?
Necesito que se aquiete mi pecho
que las piedras que se agolparon en mi esternón
y caen hacia mi estómago como rocas furiosas
detengan su lluvia malnacida
Necesito que aparezcas, sólo un poco aunque fuera
para calmar las fieras que están por devorarme entera!
Cierro los ojos, miro el reloj, no quiero perforar mi asombro
no quiero
que él no tiene fondo ni piedad
y si es atravesado
seguro me ahogo en un mar de árboles caídos y de balas
y ya ni tú pararías el volcán que se desata en mis venas
y arrasa hasta a la muerte con su imparable lava
cuando mi urgencia llega al punto
de provocar huracanes, con una sola mirada!
silvia martínez coronel
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