Cuando nace el poema la semilla crece en tierra seca
regada por ríos de palabras
cuando canta, la oscuridad se quiebra
por su látigo dulce, golpe sin rabia
y nacemos con él
nos intercambiamos caricias de miradas
y surgen sonrisas en las caras de los muertos
se recrea el sonido y el aroma y el invento
tocamos sin miedo el primer sueño
y en la boca degustamos sabores innombrados
cuando nace el poema, nos atamos a los todavía
vienen al recuerdo los nombres olvidados
y nos rescatan ilusiones que creíamos perdidas
volvemos a ser niños con su abrazo
respiramos conforme a su latido
nos alimenta su savia de ventanas
puertas a puentes
escaleras al deseo
y al subir por nuestras nervaduras
nos cose su instrumento los agujeros de la sangre
nos devuelve enteros, rumbo, pájaro
y sin pensarlo
todo es cierto, sin dudas, ni temblores,
se cierran nuestros ojos,
palpamos la música
abrimos los puños apretados
cuando nace el poema
es parida la verdad y creemos y somos
por el minuto que dure su encanto necesario.
silvia martínez coronel
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