Ya no espero latidos de ojos abiertos que curen
tu boca en sepulcro de muertos inocentes
sé que tu alma la devoraron los niños muertos que te habitan
látigos de fuego te borraron el nombre
irónicamente predestinado
y no
pobre de ti en ausencia de ti
en tu soledad de falacias corroídas por trompos caídos
sin quicio
desluz
muertos en el giro de tu nada
nada
por tu despalacio cubierto de polvo
vacío poblado de telarañas sin vientre
que ya no salva
ata
yo quise tu vida
pero te empeñaste en vómitos de sangre
sólo pena
pena
estatua de sal en salmuera
es que
la araña de la que saltaste te conjugó en pasado
y no hubo remedio
te asfixias en un puente hacia el cadalso...
rotas sandalias de desamparo
peros
por creerte el cuento de muñecas de paño...
ya no
de tu estómago han salido los últimos rayos disueltos en niebla
nunca más
nunca
tendrás mi abrazo
ni en tus delirantes sueños de hipótesis de feria...
ni yo
estuve en tu entierro de fósiles sin máscara,
deshabítame
huele mal, más que algo, en la Dinamarca de tu alma.
Silvia martínez coronel
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